¿QUÉ MEDIDAS SE PUEDEN TOMAR POSTERIOR AL MOMENTO DE LA DEVELACIÓN?

 

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• Primera respuesta de los adultos protectores: clave del proceso

Diversos estudios indican que la primera respuesta de los adultos protectores, en especial de la madre (o figura materna) y su reacción, es un indicador importante para el bienestar del niño, niña o joven. Si para ti, como madre o padre, el hecho abre temas que has evitado tocar, eso podría afectar el proceso de elaboración de tu hijo o hija, por lo que también se recomendaría puedas pedir apoyo psicológico. Lo mismo ocurre si el agresor es alguien familiar o tu pareja. Las agresiones sexuales infantiles no son casos aislados, así que puedes pedir ayuda y es tu derecho. A veces las situaciones vitales requerirán apoyo de un tercero y por eso existen profesionales que se especializan en ayudar en estos casos.  Un primer apoyo profesional especializado puede ser un/a psicólogo/a o trabajador/a social de una Oficina de Protección de Derechos de Infancia (OPD), o, en la municipalidad de tu comuna, algún profesional que te oriente respecto a dónde acudir. Posteriormente, se podría derivar a apoyo psicológico especializado. 

Es muy importante considerar que el rol del cuidador es decisivo ya que tiene la capacidad y la oportunidad de acompañar al niño, niña o joven en todo momento, y de centrarse en lo mejor para él o ella, validar sus emociones y ser su pilar en todos estos procesos, tanto judiciales como psicológicos. Todo esto brinda la seguridad que requiere el niño, niña o joven y  puede facilitar la elaboración.

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• Denuncia

Las agresiones sexuales en contra de menores de edad se deben denunciar, Esto puede realizarse en la Policía de Investigaciones de Chile, en cualquier Fiscalía o en Carabineros de Chile. A partir de esta denuncia se iniciará una investigación judicial que determinará si el agresor  es culpable y cuál será su condena. Es importante saber que la superación de una situación traumática se basa en la terapia psicológica reparatoria específica para agresiones sexuales y en el proceso judicial. Sin embargo, por lejos, la actitud de los cuidadores, su reacción y acompañamiento al proceso son los factores que más inciden en el mejor pronóstico de bienestar y elaboración de la situación abusiva.

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• ¿Quién recibe la develación?

Si el relato es recibido por una persona distinta al cuidador del niño, niña o joven se debe tomar contacto con estos y, si entre los cuidadores está la persona sindicada como el agresor, se debieran proponer alternativas de protección para el niño, niña o joven.

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• ¿Dónde ubicar la responsabilidad de la agresión?        

Debes saber que el único responsable de una agresión sexual es el agresor. Si en el entorno del niño, niña o joven hay adultos que saben de la situación y no creen en su relato, estas personas pueden ser consideradas cómplices de la situación abusiva. Esta sería la peor respuesta que puede presentar un adulto porque potencia que los eventos de daño se sigan repitiendo y no hace nada para que esto se detenga. 

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Este ámbito, también es importante para la elaboración y superación de la experiencia abusiva por parte del niño, niña o joven, el saber que él o ella no es culpable, por tanto, se debe tender a desculpabilizar y a depositar la responsabilidad donde corresponde, es decir, en el agresor, quien ha abusado de la diferencia de edad y de poder respecto del niño, niña o joven, a quien chantajea, amenaza, manipula o gratifica para instalar secretos.

Generalmente, los abusos sexuales son cometidos por personas conocidas y en quienes la familia confía.          La agresión sexual cometida en contra de niños, niñas y jóvenes es un delito de difícil detección porque en casi la totalidad de los casos ocurre en el círculo cercano, donde el agresor tiene la confianza de los padres y adultos protectores del niño, niña o joven, aprovechándose y abusando de esta. Es importante comprender, además, que no todos los agresores sexuales tienen un trastorno de salud mental, sea sintomático o de personalidad, de forma que llevan vidas funcionales y adaptadas en la comunidad.

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• Interrumpir el contacto con el agresor

Si un niño, niña o joven te cuenta que está viviendo episodios de agresión sexual debes interrumpir el contacto del agresor  de forma inmediata. Este es un aspecto prioritario ya que aseguras que el niño, niña o joven no se encuentre en riesgo y esté protegido o protegida.

• Explicar al niño, niña o joven qué ocurrirá con el proceso terapéutico y judicial Explicar con palabras simples lo que ocurrirá tanto en el proceso judicial como terapéutico, pero, lo más importante, es decirle que tú y el entorno familiar lo protegerán.

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• Procesos terapéuticos y judiciales        

Al hacer la denuncia comenzará el proceso legal de la investigación y se derivará al niño, niña o joven a un terapeuta psicólogo/a especializado/a según lo determine la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (Uravit). En este espacio terapéutico también se atiende a los padres entendiendo que es un evento que puede afectar a toda la familia.

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